Tercera Sesión Profundiza. Sin duda, maravillosa la mente de un niño es.


Cuaderno de Bitácora. Fecha estelar 7 de abril de 2018. Volvemos a reunirnos puntualmente a las diez de la mañana de un flamante sábado. La tripulación recibe atenta las instrucciones de la misión que nos llevará a lugares desconocidos e insólitas aventuras. Nuestro objetivo principal: programar nuestros robots utilizando sus dos pares de sensores. No sabemos qué condiciones vamos a encontrar en los lugares que alcancemos gracias a nuestra poderosa y veloz nave así que programaremos los robots para que utilicen los sensores LDR  y de reflectancia.
Nuestra determinación es implacable.

La concentración en la reunión inicial es total.






Lo siguiente es apretar tornillos.




....y a programar!!!!!




La primera misión que nos proponemos es conseguir que los vehículos autónomos sean capaces de dirigirse hacia las zonas planetarias con mayor nivel de luz, queremos que persigan la luz para que nos ayuden a encontrar las fuentes de energía luminosa de los planetas que exploremos. Sin embargo, la primera programación del robot arroja un resultado distinto...








... un error de programación nos da un resultado inesperado. El robot huye de la luz. Pero, bien pensado, esta función también nos será muy útil cuando traspasemos el cinturón de Orión y veamos brillar los rayos C cerca de la Puerta de Tannhäusser. Los rayos C, aunque deslumbrantemente hermosos, pueden ser letales para nuestra nave así que más nos vale mantenernos a distancia de ellos. Nuestros sensores de luz (LDR) harán que nos mantengamos a una prudente distancia de su implacable belleza. Sin embargo, hemos de conseguir la programación que nos habíamos propuesto inicialmente.

Y la conseguimos.



... mejor si enfocamos la imagen.


La siguiente misión es conseguir que los vehículos autónomos paren al alcanzar una superficie no reflectante. Utilizamos para ello los otros dos sensores, los de reflectancia.
Obtenemos los resultados perseguidos con prontitud.




Un poco de juego siempre viene bien.



Aún tenemos tiempo para desarrollar una función más. Programaremos nuestros vehículos para que sean capaces de seguir autónomamente un camino trazado.




Así, al final de esta estupenda mañana, llegamos de vuelta a nuestro destino con la satisfacción de una nueva misión cumplida. Regresamos llenos de ilusión por todo lo aprendido y deseosos de emprender...
                                                                                             ...¡una nueva aventura!


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